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#21 | SEPTIEMBRE 2021 | Sumario

Un parpadeo fulminante

Virginia Notenson
Secretaria de Biblioteca 2021-2023 (Directorio adjunto)

En septiembre del presente 2021 se celebran los 700 años de la muerte de Dante, autor de los 100 cantos de la Commedia, apodada de Divina por su primer biógrafo, Giovanni Boccaccio. Ápice de la literatura y de las literaturas, –según Borges–, no cesa de generar nuevas interpretaciones y traducciones. Dedicaré este escrito a su primer trabajo –La vita nuova–, que testimonia el encuentro con Beatrice Portinari, musa, y fuente de inspiración de su obra literaria.

Introducción

Durante di Alighiero degli Alighieri, apodado Dante, nació en Florencia, alrededor de 1265. Italia en ese entonces formaba parte del Sacro Imperio Romano Germánico, y estaba fragmentada en pequeños estados con diversas lenguas, solo en Florencia se hablaban 14 dialectos.

Dante fue poeta, pensador y político, estuvo inmerso activamente en los conflictos de su época, desempeñándose en cargos de gran responsabilidad. Fue un activo defensor de la unidad italiana, partidario de la creación de un Sacro Imperio Romano, y de la separación del Estado y la Iglesia, siendo este posicionamiento político el que lo llevó al destierro. Efectivamente, su labor política fue de una dedicación total, llegando a formar parte de la Signoria, Comité de seis priores que gobernaban Florencia, cargo a partir del cual se inició su decadencia, a causa de un revés político en el quedó enfrentado al dominio del Papado, y del lado del Imperio. A partir de ahí, inicia una vida errática por distintas ciudades, al ser condenado al destierro de su ciudad natal a la que nunca más volvió, aunque continuara con su labor política desde el exilio.

Autor de varios tratados sobre literatura, política y filosofía, fiel exponente de la formación intelectual integral de la Edad Media, escribía en sus inicios en latín, la lengua asequible al ciudadano común.

Descubriendo a Beatriz

"Comienza la vida nueva", es el epígrafe con el que Dante inicia La vita nuova[1] –1292 / 1293–, la obra que escribe poco después de la muerte de Beatriz en 1291, en la que testimonia lo que fue su encuentro con ella. También un año después contrajo matrimonio, y su única hija mujer –después de su muerte–, se ordena en un convento con el nombre religioso de Beatriz.

El escrito en el que alterna poesía y prosa tiene una estructura que se repite: el encuentro y la mirada a Beatriz, los fenómenos de desfallecimiento corporal, onirismos y visiones, luego la construcción de un soneto alusivo y la explicación del mismo; es decir, un pasaje de lo experimentado en el cuerpo a lo poético y luego a un relato posible dirigido a otros. Los fenómenos experimentados son situados a su vez, como consecuencia de estar poseído o tocado por amor, –en su Commedia el amor alcanzará su manifestación mística al enfocar su impulso hacia la belleza trascendente de Dios–.

En La vita nuova, Dante hace jugar el azar en el encuentro con su Dama angelical, que se inicia con la coincidencia de la edad de nueve años de ambos, número –el 9– que seguirá determinando sus encuentros y acontecimientos alrededor de su figura: será a las 9 horas en que reciba el primer y único saludo de ella[2], el horario que lo despertará al verse asaltado por visiones y la fórmula que dará el día y hora de la muerte de ella. El mismo azar al que apela Borges a la hora del encuentro con los tres tomos de bolsillo de la Divina Comedia en la antigua librería Mitchell.[3]

La presencia de Beatriz lo toca a Dante en "su espíritu vital y especialmente (le afecta) los espíritus de la vista".[4] Así describe el momento en que Amor se apropia de su alma: "He aquí (un) Dios, más fuerte que yo, que viniendo me dominará".[5] Su mirada y deslumbramiento sólo es correspondido dos veces: una sonrisa a los 9 años y una mirada en el nuevo encuentro cuando ella ya es una mujer casada.

Lacan se referirá a esta mirada en "Televisión": "Una mirada, la de Beatriz, o sea menos que nada, un parpadeo y el desperdicio que de eso resulta: […] de ella no puede tener más que esa mirada, que ese objeto, pero de la que nos enuncia que Dios la colma".[6] Así la identificación del Otro y el Uno, de la que habla Lacan a continuación, aúnan el goce de Beatriz y su efecto en el cuerpo para Dante, de su mirada.

A lo largo de la La vita nuova Dante testimonia su dificultad de sustraerse de mirar a su Dama angelical, momentos en los que para disimular mira adrede a otras damas,[7] lo que le genera una serie de embrollos que incluyen la burla al verse sorprendido en su arrobada mirada, momentos estos en los que su estado es lamentable, experimentando un abandono corporal y un sentimiento de miseria. Posteriormente a la muerte de Beatriz evocará su rostro y su luz en otras damas, lo que despierta su deseo y le genera culpa.

Dante y el idioma italiano

Los trovadores del amor cortés se expresaban en las lenguas de oil o de oc en Francia, vocablos que expresaban en cada una de estas lenguas vernáculas la forma de decir que sí. Dante escribía también en latín, que difería mucho de la lengua culta, identificándose más con el idioma popular. Si se lo nombra como el Padre de la lengua italiana fue por la creación de un patrón lingüístico al que bautizó como Toscano, –base del actual italiano–, con el que pretendía enlazar las diferentes regiones de la península, con el fin de crear un estado fuerte en el seno del Sacro Imperio Romano Germánico.

Su intento testimonia también el paso histórico de las canciones de los trovadores, a los poetas del fin´amor, –amor sublime– en el que, según nos dice George Duby: "la metáfora es la de una flecha que penetra por los ojos, se hunde hasta el corazón, lo abrasa, le lleva el fuego del deseo. […] Herido de amor, el hombre no sueña ya con otra cosa que con apoderarse de esa mujer."[8] El término "amor" en su sentido exacto, designaba en esa época el apetito carnal, pero en el amor cortés el hombre se esforzaba en capturar a las damas por caricias verbales y no por la fuerza.[9] Movimiento que continúa en algunos tratados sobre el amor, y que posteriormente al dominio eclesiástico y la imposición de la doctrina moral cristiana virará hacia los poemas de carácter religioso.

En La divina comedia, Dante definirá su estilo como dolce stil nuovo. Lacan se refiere a la nueva lengua creada por Dante, respondiendo que no hay metalenguaje. Titula la clase del 8 de marzo de 1977 del Seminario 24 con una frase del canto XIII de La vita nuova, "Nómina non sunt consequentia rerum"[10] –los nombres no son las consecuencias de las cosas–, en la que Dante expone las múltiples tendencias contradictorias que le genera el amor. En esta clase Lacan dirá que con su creación de una nueva lengua, Dante no hace sino una metalengua, formada/fallada sobre el modelo de las antiguas. "Está fallada, es bufa en su relación a lalengua".[11] Y es cierto que en toda esta primera obra de Dante asistimos a la impotencia del lenguaje para nombrar los fenómenos corporales que padece frente a la presencia de Beatriz. En ese sentido la poesía cumple su función, la de girar en torno a un vacío.

En la clase 9 del mismo seminario, Lacan dirá que "frente al metalenguaje que no hay, no se puede hablar de una lengua más que en otra lengua, no hay sino encarnación del lenguaje –que uno se esfuerza en alcanzar por la escritura– en lenguas encarnadas".[12]

En ese sentido, Borges se acerca a esta idea, al aconsejar leer a Dante dejándose llevar por la lectura, sentir la entonación y la acentuación de su escritura. Es ahí donde sitúa su intensidad.

Un amor no terrenal

Dante finaliza La vita nuova con una promesa a partir de una extraña visión:

"no hablar de aquella alma bienaventurada hasta tanto que pudiera hablar de ella más dignamente […] espero decir de ella lo que jamás se ha dicho de ninguna. [Con la esperanza de que] el Señor le conceda la bondad de contemplar con su alma a Beatriz"[13].

Así es que volverá a aparecer en la Divina Comedia, en la que, a petición de una mujer llamada Beatriz, el fantasma de Virgilio guiará a Dante en un relato alegórico del paso de un hombre por el Purgatorio, el Paraíso y el Infierno. Pero será ella quien lo reciba en el Paraíso.

Hasta acá llegaremos, haciéndonos eco de la invitación de Borges a leer La Divina Comedia, nos invita a leerla de un modo ingenuo, con fe de niño, abandonarnos a ella… sentir su entonación e incluso leer cada frase en voz alta. En sus palabras: "Nadie tiene derecho de privarse de esa felicidad".[14]

NOTAS

  1. Alighieri, D., La Vita Nuova. Las citas de este libro son del libro digital descargado en: www.elejandria.com
  2. Alighieri, D., op. cit. Canto III.
  3. Entre junio y agosto de 1977, Jorge Luis Borges pronunció siete conferencias en el Teatro Coliseo de Buenos Aires: La Divina Comedia, La pesadilla, El libro de las mil y una noches, El budismo, ¿Qué es la poesía?, La cábala, y La ceguera, más tarde recogidas en su libro Siete Noches, publicado en 1980. Los comentarios de dicha conferencia fueron extraídos del video de youtube que reproduce la misma, https://youtu.be/Slo2qA4YC3U
  4. Alighieri, D., op. cit., Canto XIII.
  5. Alighieri, D., op. cit., Canto II, en el libro escrito en latín: Ecce deus fortior me, veniens dominabitur mihi.
  6. Lacan, J., Psicoanálisis Radiofonía & Televisión, Anagrama, España, 1977, p. 108.
  7. Alighieri, D., op. cit., Canto V.
  8. Duby, G., "El modelo cortés", en Nueve ensayos sobre el amor y la cortesía en la Edad Media, Basarta, A. compiladora, Dumas, M., Editora, Editorial de la Facultad de Filosofía y Letras, UBA, Bs.As., 2012. p. 12.
  9. Duby, G., op. cit., p. 19.
  10. Alighieri, D., Op. Cit., Canto XIII
  11. Lacan, J., clase del 8/3/77, Seminario 24, "LˈInsu que Sait de LˈUne-Bévue SˈAile à Mourre", inédito.
  12. Lacan, J., clase del 17/5/779, "Un significante nuevo", Seminario 24, op. cit.
  13. Aliguieri, D., cp. cit., Canto XLII.
  14. Borges, J. L., Conferencia citada, nota 3.