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#22 | DICIEMBRE 2021 | Edición Especial

Queridos colegas,

El trabajo de los dos años de este Directorio estuvo marcado por las contingencias. Siempre es así, pero esta vez se hizo más evidente para todos.

Esta última entrega de la Secretaría de Biblioteca se trata de lo mismo: a partir del encuentro casual, en París, de nuestra colega Perla Drechsler –integrante de la Secretaría–, con Susanne Hommel, surgió la posibilidad de hacerle una entrevista especial para la Biblioteca de la EOL, en cuya elaboración trabajaron los integrantes de la misma.

Realizada en septiembre de este año, recibimos esta semana la versión revisada por Susanne Hommel con la amable colaboración de Beatriz González Renou.

Compartimos con ustedes el resultado de ese encuentro.

Fernando Vitale, Director
Alejandra Loray, Secretaria de Biblioteca

Directorio de la EOL: Fernando Vitale (Director), Mónica Gurevicz Esteban Stringa, Viviana Mozzi y Alejandra Loray

Entrevista a Susanne Hommel

Para la Biblioteca de la EOL

En septiembre, el azar quiso que encontrara en el café de la rue Pyramides a Susanne Hommel. Hablamos largo y tendido. Le comenté que en Argentina se conocía y estudiaba la interpretación que Lacan le hiciera. Su sorpresa fue inmensa. Le propuse hacerle una entrevista para la Biblioteca de la EOL. Ella estaba encantada. Los amigos de la Secretaría adhirieron con entusiasmo y enviaron sus preguntas. Nos dimos cita en los cafés parisinos cuatro veces. He aquí nuestro diálogo.

Perla Drechsler

Secretaría de Biblioteca: Silvia Bermúdez, Gabriela Cuomo, Perla Drechsler, Juanjo García, Adriana Lafogiannis, Alejandra Loray (Secretaria), Marcela Negro, Marita Salgado y Catery Tato.

Entrevista

Perla Drechsler: Estamos con Susanne Hommel, francesa de origen alemán, analista y analizante de Jacques Lacan y AME de la Escuela de la Causa Freudiana (ECF). Quiero agradecerte, ante todo, por concedernos esta entrevista especial para la Biblioteca de la EOL. En primer lugar, quiero referirme a tu relato en Rendez-vous chez Lacan,[1] sobre la sesión en la que le decías a Lacan que siempre te despertabas a las cinco de la mañana, la hora en que los judíos eran llevados por la Gestapo. En ese momento, Lacan se levanta de su sillón, te hace una caricia en la mejilla, y decís: "ha transformado la Gestapo en geste-à-peau. Aún cuando no haya sustraído el dolor, ha amortiguado el impacto del horror del siglo XX. Aún tengo esta mano en mi mejilla". ¿Qué podrías decirnos 40 años después de esta interpretación memorable y que por otra parte incluye al cuerpo?

Susanne Hommel: Sí, eso es primordial. Lacan había dicho que el significante se inscribe en el cuerpo, que resuena en el cuerpo. Su gesto es la puesta en acto de esto. Por lo tanto, se trata aquí de la interpretación lacaniana por excelencia. Y además se ubica entre las lenguas, geste-à-peau en francés y Gestapo en alemán, no se podría decir.

Perla Drechsler: Es una interpretación que involucra al cuerpo y es inter-lingüística. El gesto, por otra parte, es una caricia tierna.

Susanne Hommel: Además no fui yo quien lo advirtió. Cuando salí de la sesión llamé a una amiga, fue ella quien me hizo escuchar el geste-à-peau. O sea, que fue a través de un tercero y esto es fundamental.

Perla Drechsler: La interpretación lacaniana por excelencia, el paradigma de lo que enseñó a nivel de la lengua, de cómo se deshace lo que se hizo a través de la lengua…

Susanne Hommel: Querría agregar algo, y que leas un pasaje de Le Savoir deporté,[2] libro cuya autora es mi amiga Anne-Lise Stern (1921-2013). Ella había estado en Auschwitz y fue analizante de Lacan. No sólo fuimos amigas durante treinta años, sino que durante treinta años fui a su seminario. Una gran amistad y un gran trabajo compartido en común:

"Susanne Hommel es germano-parlante como yo, aunque de ningún modo lo es como yo. Pero lo siguiente vale para ambas: no es suficiente hoy ser germano-parlante para tener acceso a la lengua de Freud, para autorizarse de la misma. Tal vez sea lo contrario. El viejo Bettelheim, que estuvo en el campo de concentración, tuvo que esperar a la tercera generación para animarse a reconquistar bajo los camuflajes del Ego e Ich el Es de la lengua vienesa freudiana, por lo tanto, traduce como Lacan: What it was I shall be come. Anna Freud, luego de su emigración, no publicó más en alemán… Mi alemán es el de Lacan, a pesar de ser mi lengua materna. Sólo la hablo en ciertas situaciones. Lacan me la restituyó, así como a Susanne. Nos encontrábamos del otro lado de la frontera, geográfica y generacional, Lacan, –ya que la palabra hermanamiento[3] vino en relación con Anna Freud por haber nacido ella el mismo año que el psicoanálisis– ha hecho un hermanamiento entre nosotras. Hermanamiento franco-alemán pero con todos las comillas necesarias, "judeo-aria" y sobre todo "deportada-no deportada". Espero que este trabajo en común, absolutamente hecho por cada una, permitirá que otros logren cierto atravesamiento de fronteras…" [4]

Perla Drechsler: Lacan las había hermanado. Ninguna de las dos hablaba en su lengua materna, el alemán era sólo para traducir o leer poesía. Además, habían trabajado juntas.

Susanne Hommel: Sí, hemos trabajado juntas en torno a este tema. Una vez, cenando en un restaurante en Montparnasse, Anne-Lise me hizo un regalo maravilloso. Me dijo: "ambas somos alemanas".

También considero que fue Lacan quien me adoptó en Francia. En una oportunidad le pedí ser miembro de la Escuela Freudiana de Paris y Lacan me respondió: ¡Soy yo quien le pido sea miembro de la Escuela freudiana de París!

Perla Drechsler: Lacan te nombra traductora.

Susanne Hommel: Sí, Lacan le dice a Gloria González: "Escriba su teléfono, ella hará traducciones del alemán para nosotros".

Perla Drechsler: Servir a la Escuela, serle útil traduciendo a Freud.

Susanne Hommel: Y es lo que continúo haciendo.

Perla Drechsler: ¿Que te llevó a proponer una nueva traducción de Freud?

Susanne Hommel: He comenzado a traducir en 1974 junto a Eric Laurent, Eric Porge y André Albert y Guy le Gaufet "El proyecto de una psicología para neurólogos", que fue publicado primero para la Escuela en un único tiraje. Luego fue publicado por la editorial Erès y ahora lo retraduje junto a otros, será publicado próximamente en una versión bilingüe. L'Envers de Paris me propuso continuar con el trabajo de traducción en cartel.

Cuando le había dicho a Gloria González, –yo imagino que lo dijo–, "ella hará las traducciones para nosotros", tal vez se trate de un puro fantasma mío. Pero de hecho traduzco a Freud desde hace más 50 años, traducciones que fueron publicados por Erès, "El proyecto…", y ahora acabo de terminar junto con un equipo "Análisis terminable e interminable", "Construcciones del análisis", "La escisión del yo en el proceso defensivo", serán versiones bilingües que se publicarán el 3 de marzo de 2022 en la editorial Erès.

La traducción, es lo mío. ("c'est mon truc"). Uno de mis analistas alguna vez me dijo, la traducción es su sinthome.

Perla Drechsler: ¿Qué podrías decirnos sobre los límites de la traducción, sobre lo intraducible? ¿Y de qué modo el cuerpo se hace presente en las diferentes lenguas? ¿Podrías cernir alguna diferencia entre la lengua de Freud y la lengua francesa con relación al cuerpo?

Susanne Hommel: Sí, para mí hay diferencias. En alemán, que es mi primera lengua, mi lalangue podríamos decir, mi cuerpo está mucho más involucrado, más profundamente tocado. La poesía en alemán me toca ("me touche") más que la poesía en francés. Hace sesenta y cinco años que vivo en Francia y, hoy por hoy, la poesía en francés se ha convertido también como la alemana. La lengua extranjera resuena también en el cuerpo, pero al principio era diferente.

Perla Drechsler: ¿La emoción era más intensa en alemán?

Susanne Hommel: Eric Laurent ha escrito un texto en el que dice que están los significantes que responden a ciertos significantes en el cuerpo, como si una parte del cuerpo estuviera ya listo para recibir eso.

Pienso que si Freud inventó el psicoanálisis es porque era de lengua alemana. La lengua alemana es mucho más materialista que la lengua francesa que tiene muchas palabras de origen latino. La lengua alemana es una lengua "originaria". Heidegger había dicho que las lenguas primarias son el alemán y el griego y de este modo, lamentablemente, participó del ascenso del nazismo.

Perla Drechsler: Anna Harendt había dicho que su patria era la lengua alemana, Jean- Claude Milner comentará esta aserción de la pos-guerra de Harendt. ¿Dirías lo mismo que A. Harendt?

Susane Hommel: Me he hecho muchas veces esa pregunta, y diría que de un modo general se podría decir esto, pero para mí, no lo es. Cuando la extrema derecha alemana habla alemán me hace daño en el cuerpo.

Estuve hace poco en Alemania del Este durante una semana, me he comprado CD, escucho a Goethe actualmente. La lengua de Freud es como la de Goethe, es maravillosa.

Patria es una palabra que no me gusta, Vaterland, sobre todo ¡no! ¡Patria de ningún modo, no! ¡Esa palabra no!

Perla Drechsler: En relación con lo intraducible, leí que durante años, junto con un grupo de personas, habías traducido a Ferenczi, pero no se ponían de acuerdo con respecto a la traducción.

Susanne Hommel: Traduje las obras completas de Ferenczi, la correspondencia entre Freud y Ferenczi. En efecto, no estábamos de acuerdo y nos abrimos. Quedó un grupo "Freud" y otro "Ferenczi". Algunos consideraban que no valía la pena traducir por significante tal palabra, que quería decir lo mismo. Me quedé en el grupo Freud junto a Pierre Thèves, Bernard This y Suzanne Achache.

Perla Drechsler: ¿Qué podrías decirnos hoy que conmemoramos los 40 años de la muerte de Lacan?

Susane Hommel: Que hayan pasado 40 años no cambia nada para mí. El libro que acaba de publicar Jacques Alain-Miller, Redivivus[5], es extraordinario. Pero yo no me vestiré de negro porque Lacan ha muerto hace 40 años. Para mí, nada cambió.

Perla Drechsler: Me decías hace un rato que naciste en Alemania del Este.

Susanne Hommel: Me evocaba el temprano deseo de saber. Mi madre y sus cuatro hijos –mi padre se había marchado a la guerra– tuvimos que refugiarnos y tomarnos un tren. Estaba tan cansada en el tren que me dormía parada, y en un momento dado, empecé a leer. No había aprendido la lectura hasta ese momento, tenía sólo cinco años. La desesperanza, la desazón (le désespoir) me hicieron leer. No era el deseo de saber, era leer para no morir. El anhelo de saber permite mantenerse en vida, y profundamente vivo esto todos los días.

Perla Drechsler: Y no cedes…

Susanne Hommel: No, no cedo. No cedo a la facilidad, uno se enferma cuando cede a la facilidad.

Perla Drechsler: Este fin de semana en el Enapol, Eric Laurent decía con relación a Lacan que hay un vínculo entre el deseo y el coraje.

Susanne Hommel: El coraje es no dejarse frenar por los obstáculos. Siempre hay obstáculos. Es importante hacer la distinción entre el deseo y el superyó.

Perla Drechsler: Sos un buen ejemplo, franqueas los pequeños obstáculos del cuerpo gracias a tu coraje.

Perla Drechsler: ¿Qué cambió en tu vida tras el encuentro con Lacan?

Susanne Hommel: ¡Uy! primeramente ir no era evidente. Todos decían: es viejo, ya no recibe a nadie, cuesta caro. Es claro que yo no tenía dinero para nada. Esperé algunos meses entre el momento en el que había decidido ir a verlo y en el que lo llamé efectivamente. Tenía un síntoma, un problema en la articulación. Me dije, "lo llamaré cuando me cure", y en un momento entendí que era ridículo, que si estaba enferma era porque no lo llamaba. Llamé para pedirle una cita desde el Restaurante Bullier y me dijo: venga la semana que viene exactamente a la misma hora, como si eso fuera posible. Miré el reloj, eran las 18 horas y 47 minutos exactamente. Nombró lo imposible, no se podía ir exactamente a la misma hora. Luego el síntoma desapareció.

Perla Drechsler: Has vivido en París durante el mes de mayo del 68. ¿Qué podrías decirnos de ese período?

Susanne Hommel: Fue uno de los grandes momentos de la vida, pero coincidió con el nacimiento de mis hijas. Una de mis hijas nació en 1967 y la otra en 1968, por lo tanto, con dos bebés no pude participar de las barricadas, pero fue muy importante para mí. Estoy muy orgullosa de ser francesa, terriblemente orgullosa de serlo. Incluso en el 2007 tuve la posibilidad de tener la doble nacionalidad y la rechacé. Estoy contenta de ser francesa y no alemana.

Perla Drechsler: ¿Cómo pensarías el nudo psicoanálisis, escritura y traducción?

Susanne Hommel: El psicoanálisis es la traducción de la lalangue en un lenguaje. Todo es traducción. Ahora mismo que estoy hablando hago la traducción de algo desconocido. Todas las traducciones que hice y que continúo haciendo para mí, son de la lengua de Freud. La lengua de Freud permitió a Freud inventar el psicoanálisis.

Por ejemplo, uno de los conceptos fundamentales del psicoanálisis es la pulsión. En alemán se dice Trieb. ¡El Trieb en alemán es muy amplio! Por ejemplo, los fugitivos se dicen vertriebener, cuando se es echado se es vertrieb.

Perla Drechsler: El Trieb también es una deriva, por lo tanto.

Susanne Hommel Sí, sería mucho mejor como traducción. Lacan se refirió al drive. Los ingleses lo deberían haber traducido por drive y no como instinto.

Perla Drechsler: ¿Querrías dar otro ejemplo con respecto a la palabra Trieb?

Susanne Hommel: Sí, en alemán se dice Triebhafte weib, a una mujer que se deja llevar por su pulsión sexual. Es un término muy peyorativo.

Perla Drechsler: No hay una palabra equivalente en francés y tampoco en castellano.

Susanne Hommel: No, también con respecto a un hombre se dice: Ein mensch ist Durchtriebener, o sea es un hombre deshonesto, que se sirve de las pulsiones de los demás, que usa a los demás, que rechaza la civilización. Y todo esto está en la palabra Trieb.

Otro ejemplo de la palabra Vertrieben/er: En el año 1945, cuando llegaron los rusos, tomamos un tren para ir al oeste por ejemplo y fuimos Vertrieben (er), que quiere decir expulsados o desplazados. En Dresde las monjas de la Cruz Roja nos dieron de comer.

Susanne Hommel: El psicoanálisis es traducción, y si la traducción es buena debe estar escrita para que se convierta en una marca, en una huella ("une traçe"). En un psicoanálisis nos la pasamos haciendo eso, traducir y escribir.

Tomemos las cuatro modalidades que Lacan despliega: lo imposible, lo posible, lo necesario y lo contingente. Lo posible es aquello que cesa de escribirse, lo imposible lo que no cesa de no escribirse. Lo necesario es aquello que no cesa de escribirse y la contingencia, que es crucial: cesa de no escribirse.

Y es lo que ocurre entre nosotras. Cuando hay un verdadero diálogo hay algo que se escribe a partir de un encuentro.

Lo más importante es la contingencia, el encuentro, lo que cesa de no escribirse, algo que no estaba escrito y que a partir del encuentro se dice y se escribe.

El psicoanálisis es fundamental, permite aceptar el encuentro, no rechazarlo y sobre todo hacer algo con eso.

También a eso lo llamamos la gracia.

Perla Drechsler: ¡Muchas gracias querida Susanne!

Traducción: Perla Drechsler

Entrevista revisada por Susanne Hommel con la amable colaboración de Beatríz González Renou.

NOTAS

  1. RDv chez Lacan, film realizado por Gérard Miller, París 2011
  2. Stern, Anne-Lise, Le Savoir-Déporté, Ed. Seuil, París, 2004.
  3. En francés : jumelage
  4. Ornicar ? Lacan Redivivus, Navarin éditeur, Paris 2021