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#23 | JUNIO 2022 | Sumario

Entrevista a Graciela Musachi

Hernán Vilar con colaboración de Nicolás Mascialino

Largo camino

Hola Graciela, es un gusto y una alegría que hayas aceptado la invitación a una entrevista para este número de Entrelibros.

Entrelibros: Hemos tenido un Congreso en torno al aforismo de Lacan "La mujer no existe".

Queda dicho entonces: existen mujeres, de una en una. Es precisamente el movimiento impulsado principalmente por las mujeres en nuestro tiempo un tema que te ha ocupado bastante. En tu libro tratás la incidencia que ha tenido el psicoanálisis en algunas feministas. Te preguntás también si los psicoanalistas estamos a la altura de estos movimientos. ¿Podrías ubicar las incidencias, -de poder situar alguna-, de los feminismos sobre el psicoanálisis de la orientación lacaniana?

Graciela Musachi: Es verdad que, en "Mujeres en movimiento" (que tiene ya más de 20 años) traté de entablar un diálogo con las feministas que hasta entonces no se había iniciado en nuestra

comunidad. Las teóricas del feminismo local tanto como las militantes de amplias miras estuvieron dispuestas a ese diálogo en aquel momento; así fue que participé en

numerosas mesas redondas, jornadas, y encuentros varios con ellas (Dora Barrancos, María Luisa Femenías, Cristina Alvarez Rodríguez, Nora Domínguez, etc.).

Después de 20 años puedo observar dos efectos desde el punto de vista del psicoanálisis en nuestro país: una posición de confrontación o incluso de indiferencia respecto de un diálogo con los feminismos (ahora devenidos trans) aunque descuento las excepciones, o en su defecto, una fascinación con la lucha por los derechos que conduce a cierta desorientación acerca de los conceptos fundamentales del psicoanálisis.

Como ciudadanos, está fuera de cuestión apoyar una lucha por los derechos de la mujer pero como practicantes del psicoanálisis no es posible ser feministas. Hemos visto adónde

ha llevado eso a las psicoanalistas que dieron lugar a la segunda ola del feminismo. El debate permite captar mejor las diferencias y los modos posibles de incidencia.

En cuanto a los feminismos me referiré a nuestro país, pero es notorio que ahora la palabra viene del norte: el uso políticamente correcto de las reivindicaciones de las mujeres con el semblante de que hay que aceptarlo por razones estratégicas, es evidente en teóricas y militantes feministas que ocupan lugares de poder y-o de gobierno y-o universitario, lo cual las aleja necesariamente no sólo de la reflexión teórica sino que ese uso desvirtúa sus previas posiciones críticas e incluso, sus luchas previas en relación al poder.

Por otra parte, el uso político de la bandera de los derechos de la mujer al formar parte de un arco iris ha transformado esas luchas por derechos civiles, en una sin límites por el derecho al goce que vuelve a hacer crecer las púas de los puercoespines cuando se acercan, según lo relata Sigmund Freud.

Ya no se trata, como en los 70 cuando "las feministas de Lacan" habían introducido en los feminismos la pregunta acerca de qué es una mujer y redefinían los límites del campo

freudiano. Por cierto, Europa resiste.

En definitiva, de un lado o de otro, no es conveniente orientarse hoy por las corrientes principales de los feminismos sino dialogar con los que se interesan no por su uso sino por el

esclarecimiento en su campo y poner así un límite a la locura de ese empuje a la mujer que no existe.

Entrelibros: También has escrito, junto a Germán García, un libro precioso: "La entrada del Psicoanálisis en la Argentina - Obstáculos y perspectivas." Este año se cumplieron 30 años de la fundación de la EOL, y de la AMP. Teniendo en cuenta que vos has tenido una presencia muy activa aun antes de ese instante: ¿Qué lugar ocupan, y qué papel juegan desde tu perspectiva, en ese momento fundacional, las analistas mujeres? (Aquí podríamos situar también el papel de Judith, quien aunque no era analista "algo tuvo que ver").

Graciela Musachi: A partir de la investigación que propició Germán García y que realicé para "La entrada del psicoanálisis en la Argentina" pude comprobar que hasta 1942 no aparecieron nombres de mujeres en el psicoanálisis, aun cuando haya habido una notable expansión de su práctica privada e institucional y de sus conceptos en la cultura; es con la fundación de la APA que empezamos a contar con el nombre de Mimi Langer y, enseguida, muchas otras. Por lo tanto, cuando Oscar Masotta introdujo a Lacan en la Argentina de un modo que tuvo incidencia tanto en el medio del psicoanálisis como fuera de él, en sus grupos de estudio la asistencia femenina ya era considerable y al tiempo, tanto alguna de ellas como otras que luego se habían acercado al psicoanálisis por fuera de esos grupos, llevaron el psicoanálisis desde nuestro país a otras regiones en esos tiempos de exilio.

En la Escuela Freudiana de Bs.As. fundada por O. Masotta (a la que pertenecí a poco de su fundación) la presencia de las mujeres se daba por sentado como en otras instituciones que se orientaban en Lacan y que comenzaban a proliferar en nuestro país.

Con el retorno de la democracia la unión de algunas de esas instituciones (SABA, BIP, Simposio, Seminario) junto con quienes habían retornado del exilio. y con la orientación, impulso y presencia de Jacques Alain Miller, Eric Laurent y Colette Soler se constituyó el Movimiento hacia la Escuela.

En ese movimiento, las mujeres dieron el impulso singular que suele animar a muchas de ellas, y los que conocieron a Judith Miller pueden testimoniar de su incansable trabajo en ese y en todo momento. Algunas otras, sin embargo, quedaron en el camino como suele suceder [1], pero otras formaron parte del que no quiso llamarse "grupo fundador" y que estuvo integrado por 22 referentes de los grupos que se disolvieron para fundar la EOL: de los 22, 8 eran mujeres, entre ellas Diana Etinger, Dudy Bleger, Graciela Brodsky, Mónica Torres, quienes han ocupado a lo largo de nuestros 30 años los lugares más complejos en la dirección de una escuela de psicoanálisis como Presidente de la Escuela, Delegada General de la AMP, más uno o integrante del cartel del pase, etc.).

Hemos recorrido un largo camino muchachas… y muchachos y es el momento de historizar nuestra experiencia: ¿Quién podrá hacerlo?

Ya no se trata de la entrada del psicoanálisis en la Argentina, sino de situar las compensaciones y neutralizaciones producidas por la experiencia de 30 años de existencia. ¿Por qué es necesaria la historización? En primer lugar porque los miembros de la EOL ya son más de los que estuvieron en su fundación –por no decir en su inconsciente o en su pecado original.

Por otra parte, habrá quienes lo hagan sin nosotros y que responderán a intereses que no son los nuestros.

Cuando Miller publica "Escisión, Excomunión, Disolución – Tres momentos en la vida de Jacques Lacan", nos da una idea del valor documental, no sólo de los documentos, sino de la versión que se da de ellos: su lectura de un síntoma.

Es lo esperable, para mí, de quienes fueron los últimos en llegar.

NOTAS

  1. Para el lugar que tuvo D. Ravinovich ver el mensaje de J. A. Miller ante su fallecimiento y el Artículo de Marcelo Izaguirre en la revista digital Tararira 2020 No.23.

REFERENCIAS

  • García, Germán/ Musachi, Graciela. "La entrada del psicoanálisis en la Argentina - La cronología: Nudos y Redes" Ediciones Altazor Buenos Aires 1978.
  • Miller, Jacques-Alain "Escisión, Excomunión, Disolución - Tres momentos en la vida de Jacques Lacan". Manantial Buenos Aires 1987.
  • Musachi, Graciela. "Mujeres en movimiento - Eróticas de un siglo a otro" Fondo de Cultura Económica- Buenos Aires 2001.