Lo que sacude la costumbre

Hace 4 años el Instituto Clínico de Buenos Aires lanzaba su nueva revista. Y en el nombre condensaba un desafío. La Ciudad Analítica invitaba a irrumpir en la plaza pública y conversar con otros discursos.

Bajo este anhelo, la revista hizo pie en uno de esos puntos revolucionarios de la enseñanza de Lacan: los objetos pulsionales. En la serie de 4, pobló las Ciudades analíticas de recorridos conceptuales, referencias clínicas, conexiones con el arte y la literatura, misceláneas, reflexiones de la práctica en dispositivos de salud mental, entre otras propuestas.

Esta vez se ocupa de la voz, objeto que está en el corazón mismo de la experiencia analítica. Caído del órgano de la palabra, la voz como objeto a resuena en el vacío del Otro, que es el vacío de su falta de garantía.[1]

Desde la Nota Editorial hasta el Dossier se señala el vacío, el eco del silencio como condición para que la voz advenga. Y, entre el grito y el vacío, las diferentes modalidades de la voz proferida, la escuchada, la de la conciencia, la del súper yo, la de los sueños y sus efectos/afectos en el parlétre.

La presencia del analista en la ciudad atravesó cada una de las rúbricas, con la posibilidad de hacer conversar Los Conceptos con La Clínica poniendo de relevancia lo que lleva a Lacan a prolongar la lista freudiana de los objetos: una experiencia clínica. Como tal, la psicosis lacaniana aparece como el escenario que permite investigar el objeto voz y las secuencias que se recortan del trabajo en El Hospital dan cuenta de la orientación lacaniana puesta en acto.

Un hilo de Ariadna en este recorrido: el tratamiento del objeto voz, inlocalizable, indecible, que remite a un vacío dando cuenta de la exterioridad al significante. Miller lo afirma cuando señala "no solo no es la palabra, sino que no es nada del hablar".

Misceláneas con la poesía de Basho y las referencias a Eco y Narciso, anticipan lo que será el City Tour del lector. Pedro Almodóvar, Ricardo Vilca y Alejandro Chomski retratarán como el silencio está presente en el acto de creación y dejarán traslucir la apuesta del artista a apuntar al vacío como el lugar por excelencia donde se producen las transformaciones.

El objeto voz sacude. Sacude el cuerpo – como cuando se leen Las letras que dejó Margarite Duras o las cuerdas de Matías Martin que resuenan en quien lo escucha en la radio-, sacude la inercia de la repetición, el inconsciente. Y sacude la escritura, la de cada uno de los destacados autores de la Ciudad Analítica y la de cada uno de los lectores.

Los invito.