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#24 | JUNIO 2023 | Sumario

Claroscuros de una época

Por Federico Pozzer

Reseña del libro Me acuerdo[1] de Martín Kohan

"las vivencias de nuestros primeros años infantiles dejan unas huellas imborrables en nuestra interioridad anímica, pero si inquirimos a nuestra memoria (…) ella nos entrega un número relativamente pequeño de recuerdos dispersos, de valor a menudo cuestionable o enigmático".[2]
Sigmund Freud

El libro nos propone un viaje en el tiempo mediante trozos de recuerdo, piezas sueltas cargadas de afectos, trazos que marcaron una vida. De este modo nos lleva de la mano a otra época del país y, sobre todo, de la ciudad porteña. Recuerdos que hacen resonar, por momentos, cierta nostalgia, al mismo tiempo que por otros, cierto afecto que nos precipita en el efecto de unheimlich, propio de la época de fines de los años ´70.

No sin un dejo de inocencia, desde el relato de un niño que mantiene en suspenso cierta dimensión de la verdad, Martín Kohan nos hace recorrer esos tiempos donde algunas cosas parecían muy claras y otras nos sumergían en la más profunda oscuridad.

Por un lado, la claridad con la que se distinguían, mediante una lógica binaria, qué cuestiones o cosas o lugares de la ciudad eran propias de un hombre y de una mujer, qué marcas de automóviles y prendas deportivas correspondían a cada estrato social, los elementos y costumbres que representaban a una afiliación política determinada; así como también cuáles eran los emblemas bajo los cuales tomaban formas las funciones del padre y de la madre.

Por otro lado, nos sumerge en el enigma de un joven hacia aquello que no tiene un sentido claro: la pregunta sobre el nacimiento y la muerte. Algunas contingencias de la vida también adquieren valor de enigma, como aquella pregunta acerca de por qué su condición religiosa por momentos se le torna un obstáculo para el lazo con otros. O también, en un contraste más oscuro, por qué había un obelisco colmado de gente llena de felicidad, celebrando el triunfo de la Selección Nacional de fútbol y, al mismo tiempo, otras estaban siendo interrogadas por las fuerzas armadas teniendo la obligación de ponerse contra una pared, de espaldas, con las piernas abiertas, sin haber hecho nada en particular. O más aun, cómo algunos eran absorbidos por dichas fuerzas para regresar unos días después, no sin cambios en sus semblantes, pasando a perder sus rasgos particulares para regresar con una apariencia generalizada, acorde al orden propio de esos tiempos. Y en la máxima oscuridad, eran llevados para no regresar más.

Un viaje en el tiempo que merece ser recorrido si el lector se dispone a sumergirse en el claroscuro del Buenos Aires de esa época. Desde niños jugando libremente por la calle, a personas que pierden la libertad de jugar el juego de la vida.

NOTAS

  1. Kohan, M., Me acuerdo, Buenos Aires, Ediciones Godot, 2020.
  2. Freud, S., "Sobre los recuerdos encubridores", en Obras completas, t. III, 2010, Buenos Aires., Amorrortu editores, p. 297.