Muriel, sólo Muriel

La invitación ha sido la de realizar un comentario sobre el libro "Curriculum Vitae, Una autobiografía"[1], escrito por Muriel Spark en 1992 y traducido por Ariel Dilon.

Muriel Camberg de Spark nació 1918 en Edimburgo - Escocia y murió 2006 en Roma-Italia.

Comenzó a escribir bajo el apellido de casada (Spark), siendo sus primeras publicaciones poesías y cítricas literarias. Fue una de las únicas editoras femeninas de la época, siendo editora de Poetry Review hasta 1948. Su primera novela fue TheComforters, en 1957, luego escribió The Prime of Miss Jean Brodie en 1961 y luego en 1963 The Girls of Slender Means, entre otras publicaciones. Se convirtió en Oficial de la Orden del Imperio Británico por sus servicios a la literatura. Fue nombrada "Servicio Distinguido a la Literatura de por vida", en 1998. The Times la clasificó, en el 2008, en el puesto número 8 en su lista de "los 50 mejores escritores británicos desde 1945".

Pero, ¿quién es Muriel?

Ella también se lo preguntaba y es por eso que decidió escribir una autobiografía.

Su intimidad se juega desde la primera palabra hasta la última, en un proceso en el que su subjetividad emana, capítulo a capítulo, las trastiendas de su goce.

Esta novela, con siete capítulos - uno más minucioso que otro - nombra más de cincuenta años de una colección de agendas llamadas por ella "una historia social". Refiere: "los acontecimientos siguen grabados fuertemente en mi mente".

Su lectura me permitió saborear sus pasteles, correr y agitarme con ella, pensar sobre sus inquietudes, reírme de las críticas a los amigos con sus padres; así es como pude recorrer sus dichos, entrar en las redes de sus vivencias.

Aprendí a saber exactamente cómo se realiza un exacto té delicioso…

"Calentabas el agua, y justo antes de que llegara a hervir, llenabas la tetera hasta la mitad, para entibiarla. Cuando el agua llegaba a punto de hervor, la mantenías en el fuego mientras vaciabas la tetera y echabas una cucharada de té al ras por cada persona, más una para la tetera. Cuatro cucharadas de aquella latita dulcemente aromada producían un té perfecto. La cuchara que venía en la latita de forma especial, como una pequeña pala de madera. No había nunca que llevar el hervidor hacia la tetera; siempre la tetera hacia el hervidor, donde la llenabas, pero jamás al borde.

Lo dejabas asentar, para que "reposara", durante tres minutos.

Había que tomar él te en tazas de porcelana, de borde tan fino como uno fuese capaz de costear. De otro modo, te perdías el sabor del té.

Le ponías la leche suficiente para nublar el líquido cristalino, y el azúcar, si eras aficionado a los dulces. Con azúcar o sin azúcar era la única elección personal que estaba permitida"[2].

En este relato, me sentí unida a ella en el té, un juego de sabores, hilados en el descubrimiento de cada hebra.

En su meticuloso intento de realidad, también yo vivía esa experiencia, la cual se intensificaba en cada hoja que leía, adentrándome en cada detalle de sus experiencias, conociéndola, entendiéndola.

No me dejaba abandonarla, aunque, créanme, quería dejar de leerla, lo deseaba.

Este "Curriculum Vitae es una interacción entre lo vivido y lo literario", así se refiere a esta novela Luis Chitarroni en la contraportada.

Encontré descripciones con una precisión finita y aterciopelada que me generaban sensaciones ambiguas, que me desconcertaban.

La precisión acerca de sus enredos del corazón, indignaciones, sabores, daban cuenta de los acontecimientos de su cuerpo, resultándome intimidante y fascinante.

Quedando impregnadas en mí, sus descripciones brillantes, su modo singular de desear y gozar de la vida.

Cito la última oración de este libro, "Sin embargo, sus palabras me dieron mucho aliento, y seguí mi camino con gran regocijo"[3].

Gracias Muriel Spark!