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#23 | JUNIO 2022 | Sumario

La mesita de luz

Para esta edición entrevistamos a Ricardo Liniers -quien nos regaló el dibujo que ilustra la sección-, y a Luciana Varela, quien ingresó a la Escuela como AP en 2022, y ejerce su práctica en la Ciudad de La Pampa.

Ricardo Liniers *

entrevista Paula Iglesias Genta

Entrelibros: ¿Cuál es hoy el libro que estas leyendo, el que podemos decir esta en tu mesita de luz? -su respuesta inmediata fue enviarnos la ilustración que encabeza la Sección, como no podía ser de otra manera-, aquello que va más allá de las palabras en un sinfín de maneras de expresar el deseo.

Ricardo Liniers: Mi mesita de luz siempre está llena de libros. Como en las pistas de los aeropuertos con mucho tráfico. Ahora estoy leyendo una biografía de Borges, de Edwin Williamson, y Las Sirenas de Titan, de Kurt Vonnegut. Esperando en la mesita esta Melvill de Rodrigo Fresan, Santuario de Faulkner, El Hotel New Hampshire de John Irving y alguno de Stephen King. También estuve leyendo manga de Junji Ito.

E.L.: Queríamos preguntarte por tu proceso creativo ¿Cuál es el proceso o circuito de creación de tu producción artística/literaria?

R.L.: El proceso mío es una especie de diálogo entre lo que sale de la punta del lápiz y mi cerebro. Me siento frente a la hoja en blanco cada mañana y dibujo para ver lo que sale. El camino no es siempre el mismo. A veces una imagen es el detonador, otras un chiste, o un concepto, o el diseño de la tira, o de un personaje. Macanudo está pensado como un espacio lleno de puertas, lleno de posibilidades, así que si un día un personaje no me da una tira, le pregunto a otro. Es una tira donde lo más importante es mi libertad de poder ir hacia donde la intuición me lleve.

¡¡Gracias Liniers, por tu generosidad!!

Luciana Varela

entrevista Nicolás Mascialino

Entrelibros: Hola Luciana, Queríamos preguntarte por los libros que tenés en la mesita de luz actualmente, cuáles estás leyendo o leíste en estos tiempos.

Luciana Varela.: Acabo de terminar un libro de Tatiana Tibuleac, "El verano en que mi madre tuvo los ojos verdes", que me encantó. Estuve también con María Negroni, Agota Kristof, que trabaja el trauma de un modo exquisito y Amelie Nothomb, a quien la tengo siempre ahí, porque me interesa cómo ella puede ubicar ciertos detalles que después yo los transformo en clínicos. Últimamente estuve leyendo a muchas mujeres que hablan del estrago materno, más que nada del punto del desamor, la castración freudiana en la mujer. Me encuentro con que me divierten cosas que antes me angustiaban, cómo escriben sobre eso, cómo logran hacerse un tratamiento. Muchas no sé si se analizaron. Y cuando digo "basta de estas locas, basta de estas mujeres", vuelvo a Saer, que es uno de mis autores favoritos. Ahora estoy leyendo "El limonero real". Y estoy con un libro de un vietnamita, Ocean Vuong, que se llama "En la tierra somos fugazmente grandiosos", que se trata de una carta que él dirige a su madre, que nunca le va a llegar, la escribe con esa idea.

E.L.: ¿Cuál es el primer libro que recordás haber leído?

L.V.: En la infancia, un regalo de Navidad, en el que explicaban el origen de la Navidad y los Reyes, ¡así que imagínate!, pensé: "acá en los libros está la respuesta". A partir de ahí la cuestión más sintomática de leer, de intentar encontrar la respuesta que no hay, viene por ese lado, hasta que, gracias al análisis, pasé de ese síntoma medio tonto a el gusto, el gusto por la lectura, por las letras, los autores, y la afectación del cuerpo que me produce.

Otro libro que recuerdo, anterior a mi análisis, es el de Italo Calvino, "El caballero inexistente". Es un libro acerca del vacío, del amor, del ser. El personaje estaba armado a partir de un vacío, de que esa armadura estaba vacía, todo el tratamiento que hace el personaje ahí, acerca de la identidad, el cuerpo del cual carece. Lo recuerdo como un punto de perturbación.

Me viene a la memoria también la poesía y en especial un poema de Borges, El amenzado, que termina así: "el nombre de una mujer me delata, me duele una mujer en todo el cuerpo", me sonaba totalmente enigmático, no entendía, pero sentía que me concernía. Se ve bien el germen de mis temas…

E.L.: ¿Cuál fue tu primer contacto con una biblioteca?

L.V.: El primer recuerdo vívido y que marcó el comienzo de una relación fluida que continúa al día de hoy, es a los 12 años, cuando iba prácticamente todos los días o día por medio a una biblioteca del barrio donde vivía, en Remedios de Escalada, una localidad entre Lanús y Lomas. Ahí iba a estudiar, a hacer la tarea, pero en realidad no iba a eso, iba porque me encantaba, me sentaba, leía o miraba los libros, tenía dos pisos y a mí me parecía de película. Era como un refugio, porque mi padre no me dejaba salir tanto, pero para eso sí, entonces se conjugaban allí dos cosas: ahí no me dice que no y, por otro lado, una satisfacción, me encantaba, y además la cuestión del intercambio, podía llevar y traer. En eso, tuve mejor suerte que la niña del cuento "Felicidad clandestina" de C. Lispector… porque, además, mis amigos son otra fuente importantísima de intercambio y recomendación de libros. Después eso se trasladó a la escuela y al día de hoy, sigo. De hecho, soy socia de bibliotecas acá, en Santa Rosa, me gusta eso, el espacio. Cuando armamos la delegación del IOM acá, armamos un espacio en la biblioteca de la Cooperativa popular, y los libros y revistas de psicoanálisis se prestan a todo el público de la biblioteca, no sólo a los participantes del IOM.

¡¡Muchas gracias, Luciana!!

* Liniers, -Ricardo Liniers Siri (Bs. As. 1973)-, es historietista, ilustrador, pintor y editor argentino, conocido por ser el autor de Macanudo, -tira que publica desde el año 2002 en un diario nacional-, entre otras obras. Premios recibidos: 2012: Diploma al mérito en Artes Visuales por Fundación Konex; 2014: declarado Personalidad destacada en el ámbito de la Cultura de la Ciudad de Buenos Aires por la Legislatura Porteña; 2018: Premio Eisner (Categoría: Mejor Publicación para lectores novatos, por su libro Buenas noches); también el Premio Inkpot Award.