Un Encuentro decisivo
En su libro, despliega dos dimensiones del encuentro que marcaron su vida, el primero con el escrito "Función y Campo…" que la lleva a París a analizarse con Lacan, y el segundo el encuentro efectivo con el analista, en la época de su última enseñanza.
Del encuentro con el Escrito, nos cuenta que ya ejerciendo su práctica, -siendo muy joven, -y tal como ella refiere- en un análisis "de una extensión sin límites, de una suerte de caparazón interpretativo que impedía que (se) llegara a una conclusión"[3] no sin la confrontación de un Real, "una reacción terapéutica negativa y una erotomanía de la que dieron prueba dos de (sus) analizantes" y con controles que no la ayudaban en nada; se topa con un texto de Althusser que le abre la puerta al escrito de Lacan, y a un texto de Miller que le resultó luminoso[4].
Dirá: "Leyendo "Función y campo de la palabra y el lenguaje" sin haber entendido gran cosa, me sentí, sin embargo, conmovida por la enunciación. La lectura de algunas proposiciones, tales como "el inconsciente está estructurado como un lenguaje", "las resonancias de la interpretación", me causó un fuerte impacto. Estos enunciados resonaron, tocaron mi cuerpo y me hicieron sentir un "¡es eso!"" del orden de una certidumbre anticipada. Este momento inaugural me empujó hacia la salida. Era cuestión para mí de resolver mi impasse subjetivo, anudado al impasse de mi formación, o sea, al límite encontrado en mi experiencia de análisis de entonces. Una suerte de elección forzada se impuso ahí arrancándome de mi territorio, empujándome al peregrinaje con el fin de llamar a otra puerta."[5]
Del segundo encuentro, con Lacan -"analista encarnado, operando con su cuerpo, prodigando una presencia en acto"- (prólogo Palomera) testimonia en el primer capítulo del libro. "[…] Cuando me recibió acababa de regresar de su viaje a Estados Unidos –y comenzaba a dictar el Seminario 23, El sinthome-. Me encontré con Lacan en el momento en que extraía la práctica del psicoanálisis del Otro hacia el Uno, apuntando a lo real del sinthome."[6]
"Yo estaba lejos de suponer entonces que sometería mi demanda a una dura puesta a prueba, en el curso de ese tiempo llamado "preliminar", con el fin de que yo diera prueba de un deseo decidido.
De entrada se produjo para mí la caída de la ilusión de la muy esperada comunicación entre nosotros."[7] "[…] Una nueva dimensión se abrió en mí… El tapón del sentido se despegó de repente, como una cáscara, liberando la lalengua del envoltorio del lenguaje."[8]
NOTAS
- Esthela Solano-Suárez es Miembro de la AMP y AME de la ECF y de la EOL.
- SOLANO SUAREZ, ESTHELA. Tres segundos con Lacan, Ed. Gredos, España 2021. En la Biblioteca de la Escuela contamos con un ejemplar disponible para su lectura.
- Op. Cit. Pág. 16.
- Se refiere a "La sutura (elementos de la lógica significante)",Op. Cit. pág. 29.
- Op. Cit. Pág. 46.
- Op. Cit. Pág. 29.
- Op. Cit. Pág. 47.
- Elegimos cerrar el comentario con el relato tan vivo que da inicio al libro, del momento en que, la joven analizante de entonces, se sorprende al escuchar otra cosa por fuera del sentido, en el corte operado por Lacan del fragmento repetitivo de un sueño. .