Circunstancias y Verdad

"será una vez más con una vuelta a Freud como ilustraremos también aquí nuestra intención, e igualmente por la observación del hombre de las ratas […] Freud llega incluso a tomarse libertades con la exactitud de los hechos, cuando se trata de alcanzar la verdad del sujeto"[2]

La frase que nos convoca se encuentra inmersa en un Escrito, que en su inicio nos alerta sobre las circunstancias que envuelven su producción. Su hechura principal data del 1953. Ese año, a cuyos pormenores accedemos en el libro "Escisión Excomunión Disolución", nos ilustra ampliamente sobre su motivo y el tono, sobre los interlocutores y las materias tratadas.

El texto es un aparato crítico de los senderos por los que se ha extraviado el psicoanálisis del momento, así como un cuestionamiento de los fundamentos de la disciplina, la cual tomaba un sesgo obsesivo y ceremonial, al tiempo que expone y justifica una práctica y un programa de formación y enseñanza.

Es apoyados en estos puntos que encontramos el modo de acercarnos a las menciones que trae la cita.

La vuelta a Freud se asocia al desarrollo que se halla al comienzo del punto II, donde Lacan señala el deber de recuperar el sentido de la experiencia freudiana, para luego sumar que nada "mejor podríamos hacer" que volver a la obra de Freud. Y a continuación pasa a comentar los cinco grandes historiales, donde se ha salvado "el grano de verdad" que escondían, así como otros libros mayores del vienés, rescatando de ellos la olvidada experiencia en el campo del lenguaje y de la palabra.

Un poco más adelante, al mencionar que el hombre habla porque el símbolo lo ha hecho hombre, hace paso a otro desarrollo, ahora en torno a las leyes del parentesco y la prohibición del incesto, ley que equipara a un orden de lenguaje.

Luego nos anunciará que los símbolos envuelven la vida del hombre con una red tan total, que reúnen antes de que él venga al mundo a aquellos que van a engendrarlo, así como aportan distintos dones y el dibujo de su destino, que dan las palabras y la ley de los actos que lo seguirán incluso más allá de su misma muerte.

Llegados a la cita, la inexactitud de Freud no lo excluye de rigor, siendo que en el Escrito la exactitud, vinculada a las ciencias exactas, queda distinguida de la verdad. La libertad de Freud está en enfatizar el papel del padre difunto del Hombre de las Ratas, prohibiendo la relación con la dama de sus pensamientos. En este punto, la referencia a la que acierta la eficaz interpretación, no es a la exactitud de los hechos, sino a las deudas en torno a las leyes y al orden del lenguaje, aquellas que han tenido como protagonista al frustrado padre del Hombre de las Ratas, las mismas leyes y orden que envuelven la vida del hombre y las circunstancias de su destino.