Una Cita con...
El eco de su palabra
"Estamos allí donde nos corresponde, es decir del mismo lado que el paciente, y es por encima de ese muro, que es el mismo para él y para nosotros, como vamos a intentar responder al eco de su palabra"[1]
Desde los comienzos de su enseñanza Lacan se preguntó por la incidencia de la palabra en el dispositivo analítico ¿Qué alcance tiene la palabra para tocar el cuerpo, para abordar lo pulsional mediante la interpretación? Pregunta central que lo acompañará hasta el final de su obra.
A la altura de este escrito se encuentra en el momento de mayor apogeo de la dimensión simbólica de su enseñanza, llegando al borde de un impasse, el riesgo de desterrar el campo de la pulsión de la experiencia analítica.
Hay una nota al pie, reveladora al respecto, que Lacan agrega 13 años después -año de la publicación de los escritos- en la que hace referencia al neologismo del poeta Francis Ponge, "réson", que condensa los términos razón y resonancia, en un pasaje en el que señala que "los poderes de abajo resuenan en la invocación de la palabra".[2] La pulsión y la palabra quedan así íntimamente ligadas a partir de la resonancia.
En el párrafo seleccionado la interpretación es definida como una respuesta al eco de la palabra de quien se analiza. El muro del lenguaje, como obstáculo, es compartido por ambos. Y Lacan, lejos de proponer al analista en el lugar del saber desde el cual se interpretan las resistencias del analizante –como lo sostenían los referentes de la ego psychology- lo piensa como aquel que responde a ese eco; ambos viéndoselas con el lenguaje y sus limitaciones para alcanzar una dimensión de verdad.
Otro aspecto esencial para abordar la problemática de la interpretación es la relación del sentido con lo real. En este escrito Lacan se encuentra en pleno desarrollo de la perspectiva semántica de la resonancia, la que irá abandonando en el futuro hacia la perspectiva asemántica que signará toda su última enseñanza. En la medida en que lo real se sitúa fuera de sentido, llega a plantear que la eficacia del psicoanálisis estará dada por la "abolición del sentido".[3]
¿Cuál es la vigencia de estos enunciados en la práctica del psicoanálisis del siglo XXI?
Si partimos de la premisa del real sin ley que comanda a nuestra civilización actual, advertiremos que los poderes de la palabra en su dimensión interpretativa resultarán escasos, y que el analista "deberá centrarse sobre el desbaratar la defensa, desordenar la defensa contra lo real".[4] Sin embargo, ¿son estas perspectivas contrapuestas? Prefiero pensar, como lo subrayó recientemente Mauricio Tarrab, que "la orientación por lo real no es sin el inconsciente y sus laberintos, de los cuales habrá que encontrar, como sabemos, la manera de salir…lo antes posible".[5]
La clínica actual nos pone frente al desafío de servirnos de todos los recursos disponibles con los que contamos en la experiencia, y la vigencia de estos enunciados, proferidos hace 70 años, dan cuenta de la complejidad del asunto.
* Manuel Carrasco Quintana es Miembro de la AMP y de la EOL.
NOTAS
- Lacan, J., Función y campo de la palabra y del lenguaje en psicoanálisis, Escritos 1, Siglo XXI Ed., Bs. As., 2008, pág. 309
- Lacan, J., Función y campo de la palabra y del lenguaje en psicoanálisis, Escritos 1, Ed. Siglo XXI Ed., Bs. As., 2008, pág. 309.
- Gorostiza, L., "El poder de la palabra y los límites del sentido", Lo ininterpretable, Cuadernos del ICDEBA 24, Instituto Clínico de Buenos Aires, Bs. As., 2020, pág. 25.
- Miller, J-A., "Lo real en el siglo XXI", El orden simbólico en el siglo XXI, No es más lo que era ¿Qué consecuencias para la cura? Vol. VIII Congreso de la AMP, Grama, Bs. As., 2012, pág. 436.
- Tarrab, M., "Las primeras entrevistas desde la última enseñanza" Exposición en Mesa Plenaria en el XI Enapol Empezar a analizarse, 2023, inédito.