El Caldero de la Escuela, 2024
El Caldero nace junto con la Escuela, en realidad un paso antes de ella. Fue a fines de 1991 cuando el chiste que le sirvió a Freud para diferenciar el humor de lo cómico inspiró el nombre de una publicación que acompañaría la vida de la Escuela durante sus ya 33 años. Se trata de ese Witz sobre un caldero que se devuelve de un intercambio que no existió, ese caldero que estaba roto, que estaba sano y que evoca lo real como imposible.
Recordemos la historia: "A. ha tomado prestado de B. un caldero de cobre, y cuando se lo devuelve, B. se queja porque el caldero muestra un gran agujero que lo torna inservible. He aquí su defensa: «En primer lugar, yo no pedí prestado a B. ningún caldero; en segundo lugar, el caldero ya estaba agujereado cuando lo tomé de B.; en tercer lugar, yo devolví intacto el caldero». Freud dirá que se trata de "un excelente ejemplo de efecto de lo cómico puro por consentimiento de una falacia inconsciente. Justamente falta en lo inconsciente esta recíproca cancelación de varios pensamientos cada uno bien motivado por sí mismo"[1]. Falacia que señala una coexistencia simultánea de dos variables y que da cuenta del funcionamiento del inconsciente que Lacan, en su retorno a Freud, se ocupó de subrayar[2]. Cada uno de los argumentos es válido en sí mismo, pero se excluyen recíprocamente. El inconsciente en su funcionamiento admite el "y" en lugar del "o bien". Lúcida elocuencia para nombrar esta primera publicación de Escuela: señala un real, evoca al inconsciente y a su vez remite a un Witz.
Su devenir interesa: inicialmente se trató de una simpática revista mensual de encuadernación acaballada con textos fundamentales de la Escuela. El mismo se fue llenando de ingredientes, contribuciones muy significativas de las distintas voces de una Escuela que se afianzaba. Conocemos de sobra la frase "Tal texto está en El Caldero número...". No hay cartel, noche o seminario en la que no la escuchemos. ¡Y sí!, hay mucho en el interior de El Caldero.
Pero hubo, para ser precisos, dos primeros números del Caldero. Un Caldero que se publicó meses antes de la fundación de la Escuela, de diciembre de 1991 a mayo de 1992; y otro, el número uno propiamente dicho, apenas unos meses después. Podemos decir entonces que El Caldero ya estaba allí cuando la Escuela se fundó. Un Caldero de la Escuela sin Escuela aún, que la Escuela recibió ¿prestado?, ¿agujereado?... todo suena al Witz freudiano.
Como sea, hoy podemos decir que, desde entonces, obtuvo su refugio y "bases de operación"[3] desde donde cimentar y llegar a sus 91 números de la serie inicial y 32 de la llamada Nueva serie. Porque El Caldero también tuvo dos inicios: el de la fundación de la Escuela en 1992 y otro inicio que dio lugar a la Nueva Serie, en el año 2006.
Les decía: en sus primeros años era ¡mensual! La Escuela contaba con un Caldero lleno de artículos por mes. Luego la frecuencia se espació y años después fue paulatinamente mutando en su perfil editorial. La continuidad en su aparición en todos estos treinta y tres años solamente se vio afectada por tres años en los que El Caldero le dio lugar a la recién llegada Revista Lacaniana. Señal de que El Caldero se redefine y es dócil a las vueltas de la Escuela. Ma atrevo a decir que es la publicación que acompañó el surgimiento de muchas otras publicaciones que nutrieron la importante plataforma editorial que tiene la EOL en la actualidad.
Su segundo primer número estuvo enteramente dedicado a la Transferencia en la Escuela. Subrayo el "en la Escuela", que sella una orientación. En sus páginas se plasmó el rumbo de lo que en ella sucedió tanto política como epistémicamente, albergando lo dispar y dando lugar al necesario saber expuesto.
A su vez, lo contemporáneo trajo una versión virtual que se sumó a las otras publicaciones digitales que la Escuela fue integrando. Desde 2015 a 2022 hemos contado con un Caldero online, que de ninguna manera era una versión digital del Caldero de papel, ¡no! Dense una vuelta por sus pantallas y verán todo lo que allí se fue sedimentando: conferencias, entrevistas, recortes de noches bajo la pluma de cientos de colegas reseñando actividades, una manera de ir tomando el pulso de una Escuela viva que late en Noches, Jornadas, Encuentros. Una verdadera bitácora conceptual y de trabajo.
Hoy…
El Caldero de la Escuela hoy retoma ese espíritu: el de dar a conocer lo que se cocina en la Escuela. Aquello que hemos escuchado en distintas actividades también lo queremos leer, subrayar, resaltar, citar… La manipulación necesaria de los significantes que, tal vez, como Escuela nos representan. De la escucha a la mirada, una vuelta más al recorrido pulsional que habita nuestra formación. Este Caldero que es de la EOL, es prestado, devuelto, con un agujero o sano… todas y tal vez ninguna de estas versiones, pero seguro nunca encontraremos en sus páginas la respuesta a la pregunta: qué es un analista.
Evocando a Miller, podemos tal vez sostener que El Caldero no es exactamente una revista, sino que recupera hoy el formato de Boletín periódico[4]. Esto implica volver a calcular su lugar actual dentro del mapa de las publicaciones de la EOL, sin olvidar que para Lacan la publicación también equivoca en poubellication. Y que, a su vez, no todo irá a la papelera, sino que en el acto de publicar se desplegarán los cuatro puntos cardinales del decir: del habla, la escucha, la lectura y la escritura.
Próximamente, un nuevo Caldero en papel llegará para leerlo, hojearlo, manipularlo, tenerlo en la sala de espera del consultorio, o en la biblioteca con la idea de que allí se documenten los últimos cambios de una Escuela siempre en movimiento: sus mutaciones, sus nuevas políticas, los nuevos funcionamientos… Un Caldero que es de cada miembro y que esperamos interese a nuevos lectores, porque lo que sucede en la Escuela trasciende sus paredes.
NOTAS
- Freud, S., (1905), "El chiste y su relación con el inconsciente", Obras completas, Vol. VIII. Buenos Aires, Amorrortu, 1993, p. 60.
- Lacan, J., (1967), "La equivocación del sujeto supuesto saber", Otros escritos, Buenos Aires, Paidós, 2012, p. 350.
- Lacan, J., (1964), "Acto de fundación", Otros escritos, op. cit., p. 256.
- Miller, J.-A., (1983-1984), Respuestas de lo real, Buenos Aires, Paidós, 2024, p. 43-44.